No es por nada pero hay que tener un gran talento y un tanto de paciencia para ponerse a tejer. Año tras año cuando llega el invierno, mis amigas me enseñan sus bufandas hechas a mano, cual obra de arte digna de las más prestigiosas salas de exposiciones y siempre me ronda por la cabeza la misma idea: ¿y yo... por qué no? Y punto tras punto, ovillo tras ovillo, mis dedos y hasta mis brazos se enredan en un mundo de lana que más que afianzar mi autoestima, relajarme y mejorar mi capacidad de concentración, me convierten en una oveja a punto de ser trasquilada que lucha por escapar al centro comercial mas cercano para comprar la típica bufanda aburrida de todos los años. La verdad, he de reconocer que no tengo la perseverancia necesaria para alcanzar el resultado soñado y que me he acostumbrado a lo fácil y rápido aunque no sea lo idóneo.
Pero tejer no es lo único que pone a prueba nuestra perseverancia. Estamos acostumbradas a vivir deprisa, al usar y tirar y a reemplazar enseguida lo que se nos estropea por otro nuevo y no necesariamente mejor. Con esta forma de pensar corremos el peligro de tratar igual a un televisor, a una amistad e incluso a un matrimonio. Porque cuando tenemos que trabajar para crear algo y que funcione e incluso deshacer del todo la bufanda para volverla tejer correctamente, los resortes de nuestra paciencia saltan y preferimos tirar todo por la borda a seguir puliendo esa piedra de la cual saldrá un magnífico diamante. Dios nos ha dado a cada una de nosotras promesas que de seguro cumplirá, pero tenemos que aprender a ser constantes y perseverar para ver esa bufanda terminada, ese trabajo conseguido, esa oración contestada o ese hogar ideal.
Decidido: mejor me alio con mi amiga la perseverancia y el invierno que viene os enseñaré mi maravillosa bufanda.
Proverbios 14 Nueva Traducción Viviente (NTV)
14 La mujer sabia edifica su hogar, pero la necia con sus propias manos lo destruye.
Efesios 6:18Reina-Valera 1960 (RVR1960)
18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
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