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BIENVENIDO SR.VERANO


Al fin llegó el verano... o así quiero creerlo, porque aunque vivo en esa parte del globo que anda pensando en vacaciones, playas abarrotadas y un sinfín de bondades que esta estación nos regala, aquí en el area de San Francisco, existe una nube perpetua que bloquea el calorcito de esos rayos festivos y nos ciñe de una absurda melancolía "estivalera". Pero yo, acostumbrada a vivir a tope las cuatro estaciones, me resisto a esa morriña soporífera y aunque mis fuegos artificiales del cuatro de julio los recibí con gorro y debajo de una manta, una cosa tengo clara: he decidido disfrutar al máximo de mi "verano". Como cualquier mujer previsora y ordenada, lo primero que hago es revisar mi armario... sí, sí, ese baúl de los recuerdos atiborrado de tesoros escondidos y engordado hasta desbordarse por la ropa que uso a diario, la ropa de ocasiones especiales, la ropa que nunca me pongo pero que anda colgada en la percha del "por si acaso" y aquellos trapitos ilusionantes que alguna vez me hicieron sentirme divina y que deseo con toda mi alma que vuelvan a escena, si consigo ganarle la batalla a la dichosa báscula. El caso es que sin atreverme a guardar del todo los jerséis de invierno y dejando colgada mi chaqueta de lana detrás de la puerta, decidí desprenderme de lo que ya no me servía, guardar mi ropa de invierno y sacar mi ropa de verano, animada a comprobar si la operación "bikini" me había dado resultado. Y aunque un poco desalentada porque creo que este año no llego ni a traje de neopreno, lo que sé es que revisar, limpiar y ordenar mi clóset dejando otra vez espacio a modelitos nuevos ha generado en mí un sentimiento de liberación comparable a una de esas terapias renovadoras y carísimas de los spas de moda.

No cabe duda que renovarse es necesario y el cambio cuán menos inquietante, es la clave para renovar ilusiones. Y aunque la palabra "cambio" a veces nos asusta, es necesario aceptarlo y saberlo afrontar porque tarde o temprano visitará nuestras vidas. Puede ser una simple estación del año o un nuevo e inesperado trabajo, pero lo que está claro es que nuestra conducta y nuestros pensamientos se van a ver involucrados, teniendo que adaptarse al nuevo desafío.

Espiritualmente pasa lo mismo. Cuando decidimos dejar nuestras vidas en manos de Dios, hay un cambio real que afecta nuestra existencia y que va mas allá de un cambio de "look" o de decorar diferente nuestra sala... Es un cambio profundo que con ayuda de su Espíritu desvanecerá toda nube que nos ciega, traeréa luz a nuestros pensamientos y nos ayudará a limpiar nuestra alma de viejos trapos de pecado, renovando nuestro "ropero" con trajes blancos de marca exclusiva.

Decidido: Voy a poner al día mi "armario" espiritual para disfrutar al máximo de mi "verano" y tú, ¿te atreves?.

Isaías 61:10Reina-Valera 1960 (RVR1960)

10 En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.

Efesios 4:22-24Reina-Valera 1960 (RVR1960)

22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

2016 © iwomaninternational


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