La vida puede ser difícil. Pega duro. Nos pondrá con los pelos de punta y nos tirará al suelo de un golpe. Nadie está exento de tristezas, decepciones, enojos y pérdidas. En este mundo tendremos aflicciones pero no se trata de qué tan duro te golpea, sino de qué tan dispuesta estás de ponerte en pie para seguir luchando. Los primeros pasos no son fáciles, pero van a determinar nuestro destino. Lo harás porque no estás sola, porque la esperanza que tenemos va más allá de nuestras propias fuerzas. La esperanza tiene un nombre y con Dios lo lograrás.
Cada paso que des te posiciona en una vencedora. Cada deseo de mejorar, te convierte en luchadora y cada meta que cumplas te define en mujer de destino y propósito. Recobra ánimo en soltar el pasado, abrazar el presente y dar pasos hacia el futuro.
Ref. Bíblica: Rut 1:1-19. Juan 16:33
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