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1 de enero...2 de febrero.


No sé si soy yo la que vive a contracorriente o que directamente la corriente desvió su curso para no encontrarse conmigo, pero estos primeros meses del año donde la mayor parte de mis amigas viven ocupadas en sus nuevas resoluciones, yo sigo atascada en la misma página del mes de diciembre, como si eso de arrancarle "años" al calendario no fuera conmigo. Sí, sí... porque ¡cómo me gustaría ser capaz de pedalear con el brío de "las nuevas" en la clase de spinning o poder mirar con el entusiasmo del primer amor a la chía y el alga espirulina! Pero tengo que ser sincera y reconocer que en estos primeros meses del año, mis pies siguen bloqueados en los pedales de una vida que más que acumular metas alcanzadas, acumula unas cuantas libras ganadas.

—¡Uyyyy Raquel , pero qué pesimista, chica!—... No, no, no, pesimista no, realista, porque si todos nosotros fuéramos capaces de alcanzar todas esas metas ilusionantes, nuestro mundo sería un mejor lugar donde vivir... pero siempre viene un racional febrero que vuelve a vaciar los gimnasios y a emborronar nuestros horizontes con una ansiedad extravagante que nos devuelve a nuestras zonas de "confort" donde nos aliamos con nuestras carencias.

Y es que con el tiempo, una entiende que eso de basar la vida solamente en metas, objetivos o unos de enero, nos roba la frescura de la improvisación, mecanizando nuestros mundos y convirtiendo dichos objetivos en enemigos potenciales de nuestro destino. Enemigos que generan ansiedad y tensión, ya que si no los consigues, te sientes fracasada y si los consigues, muchas veces descubres que lo que deseabas no te llena, ni te reporta lo que esperabas... y vuelta a empezar.

Y así pasamos los años, engordando nuestra bola de ansiedad y haciendo más grande la distancia entre nuestro Yo-Ideal y nuestro Yo-Real.

Y a mí, que me encanta pensar en la atemporalidad de nuestro Dios y en cómo su atemporalidad define nuestros tiempos, este año no pienso pederlo entre quiero y no puedos y seguiré avanzando hacia mi principal meta "atemporal" que a su vez establece todos mis objetivos "temporales" y asienta mi identidad: "Su voluntad".

Si la fijamos como nuestra prioridad, tendremos por seguro sueños cumplidos, objetivos alcanzados, frustraciones superadas y lo más importante, "podremos vivir en Paz".

Decidido: FIjaré mi tiempo en su calendario eterno donde su voluntad será la nota principal que llene todos mis dias...

Textos de referencia:

Salmos 37:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

5 Encomienda a Jehová tu camino,

Y confía en él; y él hará.

Proverbios 3:17 Sus caminos son caminos agradables y todas sus sendas, paz.

2018 © iwoman international


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